Frenos de disco: ¿Cómo eliminar el ruido?

Con su llegada, los frenos de disco han revolucionado la experiencia de frenado en el mundo del ciclismo, ofreciendo una mejora innegable respecto a las zapatas de freno convencionales.

Sin embargo, no todo es perfecto. Si tenemos que señalar una desventaja de los frenos de disco, probablemente todos pensaremos en ese molesto chirrido que a veces emiten. Pero no te preocupes; en este artículo, te explicaremos las causas que hay detrás de este ruido y te daremos soluciones para evitarlo, ¡para que puedas conducir sin molestias!

Frenos de disco: ¿cuál es la causa del ruido?

La humedad puede ser una de las causas temporales del chirrido. Afortunadamente, este tipo de ruido desaparecerá por sí solo cuando se seque. Otra causa bastante común es la acumulación de grasa, polvo y suciedad en los frenos de disco. Además de la incomodidad que puede causar esta acumulación, puede provocar una pérdida de potencia de frenado.

También puede ocurrir que el propio desgaste de las pastillas de freno sea la causa del molesto ruido. Esto suele ocurrir, sobre todo, cuando la placa trasera metálica roza directamente con el disco, generando ese característico ruido metálico. Si este es el caso, hay que tener especial cuidado, ya que cuanto mayor es el desgaste, mayor es el riesgo de dañar el disco en cada paseo.

Si sospecha que el sonido puede estar causado por el propio sistema de frenado, es esencial que solucione la avería lo antes posible para evitar problemas más graves. Recuerda que si el disco, las pastillas o las pinzas no están correctamente alineados, pueden provocar rozamientos y vibraciones, generando este ruido característico y, lo que es peor, alterando el funcionamiento normal de tu moto.

Pie en el pedal de una bicicleta aparcada, frenos de disco (freepik photo)

¿Cómo resolverlo?

Identificar de dónde procede el ruido debe ser siempre el primer paso. Una vez identificado, ¡es hora de encontrar una solución!

Una solución rápida y sencilla, en la mayoría de los casos, es desmontar y dar una buena limpieza a los componentes. A la hora de limpiar los discos, recuerda utilizar siempre un limpiador específico para frenos de disco (o, en su defecto, alcohol isopropílico, que es la base de estas soluciones). Asegúrate de no contaminar otros elementos durante el proceso.

"¿Y qué hago con las pastillas de freno?" Quítalas, revísalas y límpialas. Si al retirarlas las encuentras lisas y brillantes, pueden indicar desgaste y/o contaminación. En estos casos, puedes limpiarlas con una solución isopropílica y lijarlas para devolverles su rugosidad. Si están excesivamente desgastadas, sustitúyalas.

¿Aún tiene dudas? Puedes ayudarte con esto vídeo.

Hombre con mono vaquero, trabajando con una rueda de bicicleta y frenos de disco en un taller de reparación. Un trabajador desmonta la rueda de bicicleta en un taller (descripción freepik).

Además, cuando desmonte las pastillas, aproveche para inspeccionar la pinza en busca de fugas de líquido de frenos o juntas desgastadas. Estas fugas, causadas sobre todo por el desgaste de las juntas de los pistones, pueden contribuir a los chirridos. Y recuerde que se trata de un problema que tiende a aumentar con el número de kilómetros recorridos.

Por último, una cosa a tener en cuenta a la hora de volver a montar todos los componentes, no olvides comprobar que los frenos están correctamente alineados, ya que un disco correctamente centrado entre las pastillas asegura una frenada uniforme y, sobre todo, evita los chirridos.

Siguiendo estos consejos, deberías poder eliminar los ruidos que se producen al frenar. Si persisten, podría ser indicativo de problemas más complejos y, en ese caso, te recomendamos que visites a tu mecánico de confianza para evitar males mayores y garantizar la seguridad en la carretera. Sigue pedaleando".

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